Espiando la perfección.
La fotografía da como primera impresión que el espectador está escondido observando la belleza de la bailarina, que con tanta delicadeza, paz interna e inspiración admira la naturaleza, y que contrasta pero a la vez forma una perfecta armonía con la dureza de la líneas rectas de la casa, de la ventana, de la escalera, líneas rectas, líneas duras que no expresan nada, pero que gracias a las delicadas y suaves formas que da la bailarina a su cuerpo, se conforma una perfecta armonía en la fotografía dejando una agradable sesión al espectador.